La estación de la nostalgia

Por Elisabetta Spanu

 

Mientras caminaba por el andén, lo embargó la nostalgia. En aquella estación había conocido a su mujer, cincuenta años atrás. Bellísima, en el vagón, con los guantes en la mano. Sin duda, debía de ser una turista con todas aquellas maletas encima. Quién sabe hacia dónde se dirigía. Al bajarse en la parada de la estación, se le había caído un guante.

Él, galante, lo había recogido y había corrido detrás de ella, pero se le había quedado un zapato enganchado entre coche y andén.  Llegó sin aliento ante ella, medio descalzo y con un guante en la mano. Ella le sonrió y desde ese momento no se volvieron a separar jamás, hasta su muerte.

Le gustaba recordarla así, una sonrisa primaveral en la estación. Y cada año, para recordarla (mantenerla viva en su recuerdo), recorría el camino de su gran amor.

Se metió la mano en el bolsillo y acarició el guante.

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